Cómo surgió mi interés por el Shibari/Kinbaku

Mi interés por el arte del Shibari/Kinbaku nació gracias a mi querido amigo Kurt, fundador del legendario Club Social Rosas5 en Barcelona. Me cautivaba profundamente presenciar como a aquél helvético hombre que andaba por la vida con un cierto aire cascarrabias, se le iluminaba la mirada con una sonrisa hablando sobre sus viajes a Japón y de su tan querido Sensei, Osada Steve.  Sentía que podía quedarme escuchándolo hablar sobre aquellas aventuras en el lejano oriente y perdiendo la noción del paso del tiempo toda una vida.  Mis frecuentes viajes a España me permitieron entablar una profunda amistad con Kurt. Nuestros encuentros solían ser de pocos días, pero de mucha intensidad. De su mano conocí personas maravillosas con las que atesoro amistades invaluables. El creativo fotógrafo TENTESION y su adorable medora, el gran artista de las cuerdas Alfil y su compañera inseparable elora eran los que siempre estaban a su lado.

 

Kurt & Osada Steve Sensei (Foto TENTESION 2010)

Un día del año 2010 Kurt me comentó que estaba feliz porque Osada Steve Sensei había aceptado su invitación de viajar a Barcelona para dictar algunas semanas de clase y quedarse para celebrar el aniversario del Club. Me sentí tan feliz por él que le pedí que me inscribiera en todas esas clases. Esto mismo se volvió a repetir al año siguiente. Y fue así que, casi sin notarlo, comencé aprendiendo este arte de la mano de alguien tan especial y generoso como lo es Osada Steve. Con el tiempo fui conociéndolo y aprendí sobre su vida. Una noche en la que habíamos terminado la clase, Kurt me hizo prometer, frente a Steve, que yo iría a Tokio para experimentar por mi misma  aquellas vivencias de las que tanto me había hablado año tras año.  Siento que nunca tuve una oportunidad para agradecerle verdaderamente a Kurt todo lo que hizo por mi…

Hoy en día me siento muy honrada en poder asistir a mi Sensei en traducir su material al Español.  Pero más importante aún, pude organizar mi viaje a Tokio para honrar aquella promesa sellada entre Kurt, Steve y yo.   Siento que más allá de ser su último deseo, mi querido amigo Kurt sembró la semilla de una pasión que encendió una llama dentro mío.   Aún hoy atesoro como algo invaluable mi primer juego de cuerdas, aquel que recibí como regalo de sus manos. El mismo set de cuerdas que me acompañó todo el camino, hasta las clases de Yukimura Haruki Sensei, y que aún hoy conservan esa chispa de energía que él mismo les imprimió…

Tsubaki 

Deja una respuesta